El periódico "El Norte de Castilla", primer periódico de Castilla y León, dedica sus primeras páginas a BODEGAS TÁRSILA (Tudela de Duero, Valladolid).

Társila es nombre de vino:

Ricardo Rodilla devuelve la vid y el vino a las fuentes del Duero, dentro de una histórica finca agropecuaria Tudelana.

La señora Társila, que sigue siendo hoy la propietaria de la finca, ha dejado en manos de su hijo el futuro de este complejo agropecuario que, aunque ya sin familias, maestro ni cura, se ha propuesto relanzar la actividad vitivinícola por la que fue muy conocido en el pasado.

Y es que en este lugar, que vivió la filoxera y el descepe de sus plantaciones, y donde hasta los años 80 se elaboraban sólo claretes, ha recuperado el cultivo de la vid hace 15 años gracias a la labor del hijo de la señora Társila, Ricardo Rodilla.

La finca cuenta hoy con 30 hectáreas de viñedo, la mitad de ellas de uva tempranillo y, el resto, de petit verdot, merlot, cabernet, además de chardonnay, sauvignon, verdejo y gewürztraminer. Todas ellas están en espaldera y en plena producción.

El nombre que lucen las etiquetas de sus vinos lleva el nombre de la propietaria, Társila, y salen al mercado con la mención Vinos de la Tierra de Castilla y León. La Bodega elabora al año alrededor de 16.000 botellas.

Bodegas Társila es un escenario único para la práctica del enoturismo. La finca cuenta con 900 hectáreas de regadío, secano, monte y ribera y tiene 4 km. de río Duero y “caminos de hierro” del ferrocarril. Todo ello se puede visitar, al igual que una parte de la antigua casa de labranza, donde se mantienen casi intactos los antiguos lagares donde se elaboraba el vino. Entrar en la antigua bodega es hacer un recorrido por la historia del vino de la zona pues hoy se conservan las estancias donde se elaboraba el vino y sus utensilios. La bodega subterránea es un ejemplo de arquitectura tradicional.

Los propietarios aceptan grupos de visitantes con aviso previo. Las dimensiones de la finca no permiten la visita en su totalidad pero el recorrido que se propone ofrece una visión bastante completa de un complejo agropecuario con más de dos siglos de historia enclavado en pleno corazón del Duero.